Las altas temperaturas: un reto para el conductor y el vehículo
El verano es una de las estaciones más exigentes para los profesionales del transporte. Las altas temperaturas no solo afectan al confort del conductor, sino que también incrementan el riesgo de averías mecánicas. El calor extremo puede provocar fatiga, deshidratación o incluso golpes de calor si no se toman las medidas adecuadas. Por otro lado, los componentes del vehículo también sufren: el sistema de refrigeración trabaja al límite, los neumáticos pierden presión y los frenos pueden sobrecalentarse.
Por ello, es esencial realizar una revisión completa del camión antes de emprender un viaje largo. Comprobar el nivel del líquido refrigerante, el estado de los neumáticos y asegurarse de que el aire acondicionado funcione correctamente puede marcar la diferencia entre una ruta fluida y una parada forzada por avería. En verano, más que nunca, la prevención es la mejor aliada del transportista.
Planificación de rutas y gestión del tiempo en verano
Durante el verano, las carreteras se llenan de tráfico turístico, obras en curso y restricciones específicas según tramos horarios o regiones. Esto convierte la planificación previa en un aspecto crítico para cualquier transportista. Evitar las horas de más calor (entre las 13:00 y las 17:00), anticipar posibles atascos y consultar el estado del tráfico en tiempo real puede ahorrar horas de conducción y reducir el estrés al volante.
Asimismo, es recomendable identificar áreas de servicio o descanso con sombra, duchas o fuentes de agua, donde hacer pausas programadas. Recuerda: una ruta bien planificada no solo mejora la puntualidad de la entrega, sino que protege la salud del conductor y alarga la vida útil del vehículo.
Qué llevar a bordo en un viaje largo con calor
El equipamiento del conductor cobra especial importancia en verano. Además del kit de seguridad obligatorio, se recomienda llevar siempre una botella de agua grande, ropa ligera y transpirable, gafas de sol, gorra o visera y algún tentempié saludable. También es útil contar con una cortina térmica o parasol para proteger la cabina cuando el camión esté parado, así como con dispositivos de refrigeración portátiles si el aire acondicionado falla.
Un conductor preparado no solo viaja con mayor seguridad, sino también con mayor bienestar. Y en trayectos largos, ese confort puede marcar la diferencia en la atención, la resistencia y la calidad del servicio prestado.
Mantenimiento y revisiones clave en temporada estival
En verano, algunos elementos del camión requieren una atención especial. Es crucial revisar el sistema de refrigeración del motor y asegurarse de que no haya fugas. También es recomendable comprobar con más frecuencia la presión y el estado de los neumáticos, ya que el calor puede generar deformaciones o reventones.
Además, conviene revisar el estado de la batería (el calor puede reducir su vida útil), verificar el funcionamiento del aire acondicionado y prestar atención a posibles sobrecalentamientos en el sistema de frenos, especialmente si se circula por zonas montañosas. Un mantenimiento preventivo bien realizado es la mejor garantía de seguridad en carretera.
